1- La relación con nuestro prójimo:
Evitar hablar con personas que no son de nuestra iglesia, y hasta en algunos extremos, "ni siquiera dar el saludo a quién no asista a mi congregación", es una clara señal de que el espíritu sectario del fariseísmo nos ha tomado.

2- Juzgar por la vestimenta: Si nuestra mente se ha estructurado para definir que ser cristiano significa usar cierto "tipo de vestimenta", es muy probable que el espíritu fariseo esté en nosotros.

3- Poner en duda la manifestación de milagros: Cuando ponemos en duda distintos tipos de milagros que ocurren en las personas, es muy posible que se nos haya pegado un espíritu de fariseo.

4- Sentirse superior a los demás: Si nos creemos que somos un grupo "selecto", y que el resto de los mortales no está a nuestra "altura", es casi seguro que nos hemos convertido en fariseos modernos.

5- Sólo algunos ritmos musicales son de Dios: Creer que solamente se puede alabar a Dios con 2 o 3 estilos o ritmos musicales, y que el resto es toda música "mundana", es una fuerte señal de un espíritu fariseo


Si te has sentido identificado con alguna de estas 5 señales, no temas, sino dale lugar a Cristo para que sea él quién te libere de toda fuerza religiosa que trae división y confusión en la Iglesia. Ora así: "Señor, hoy reconozco que tengo pensamientos que no te agradan y me apartan de tu voluntad, por eso quiero pedirte que me perdones y me hagas libre de todo pensamiento hostil hacia mis hermanos y hacia tu manifestación, en el nombre poderoso de Jesucristo".

Nick Rall - Actualidad Cristiana