25/02/16 - Al igual que en el tiempo que Pablo y Silas fueron encarcelados por predicar el evangelio, ellos adoraban, oraban y compartían su fe inquebrantable con los prisioneros.

Esta es la historia de tres traductores de la Biblia que fueron detenidos por su fe cristiana y arrojados a una prisión sucia y llena de gente, otros reclusos empezaron a hacerles preguntas acerca de su fe y en poco tiempo ya había un pequeño grupo de oración y adoración cada mañana en una esquina de la prisión de un país del sudeste asiático.

Los cristianos enseñaron a los internos acerca de la oración, el amor a los enemigos y el perdón, varios de los presos aceptaron a Jesús en sus corazones.


La persecución a los cristianos en esa parte del mundo es grande y tener las Sagradas Escrituras es como tener un arma apuntándote, pero las tabletas informáticas les permite a los traductores trabajar a discreción pues las tabletas son tan comunes que nadie espera encontrar ahí una Biblia.

En este país el equipo de Traductores ha distribuido 13 contenedores comprimidos a los traductores nacionales en un taller MAST. Con la provisión de Dios, 500 tabletas para traductores Nacionales serán distribuidos el año siguiente en algunas regiones más hostiles de todo el mundo.

Fuente: Impacto Evangelístico - WycliffeAssociates