En Pyongyang, Corea del Norte, los árboles de Navidad son vistos como una "amenaza religiosa", considerado así como un intento de "traer" la religión "cristiana" al territorio norcoreano.
En el año 2011 ocurrió un hecho de extrema tensión entre las 2 Coreas, en la frontera del lado surcoreano, las decoraciones de Navidad se han convertido en un punto de dolor recurrente, debido a la colocación de una torre de 30 metros en forma de árbol de Navidad, que se erigió encima de una colina, iluminada por miles de focos que se veían perfectamente del lado norcoreano, la misma tuvo que ser "retirada" para evitar represalias del ejército norcoreano.
Las autoridades de Corea del Sur recientemente bajaron la vieja estructura pero se han aprobado los planes de un grupo cristiano para construir una nueva torre.
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