Sentimos un profundo dolor por la partida a la gloria del Apostol Myles Monroe. Un hombre que sin duda deja una huella muy grande en la historia del Cristianismo del reino y en el corazón de todos nosotros quien le admirábamos y le honrábamos. 

Nos consuela el saber que Dios no es Dios de muertos sino de vivos Mateo 22:32 y que nuestro hermano está con certeza recibiendo grandes galardones en el cielo junto con su amada esposa. 
Oramos por el consuelo del Señor sobre el resto de su familia.

Cuando alguien tan grande parte, siempre nos deja pensando cual es la huella que a cada uno de nosotros estamos dejando en la historia.

La paz de Dios a todos los que los amaban.

Emerson y Ana Méndez Ferrell 
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