Arqueólogos descubrieron en Israel restos de lo que sería la ciudad bíblica del rey David que la Biblia hace mención en el siglo X a.c., algo que nunca se había encontrado evidencia de que existiera.
Actualmente, un descubrimiento arqueológico en Khirbet Qeiyafa, en el Valle de Elah, a 30 kilómetros de Jerusalén, parece dar señales de un establecimiento judío.
El profesor Yosef Garfinkel, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, dijo que la evidencia encontrada en el lugar incluye un fragmento de cerámica con una inscripción que se cree es de una forma antigua de hebreo y semillas de aceitunas que datan de 3,000 años atrás.
“Los edificios y el muro de la ciudad son colindantes. Esto es típico del concepto urbano de Judea”.
“Tenemos huesos de animales. Había miles de huesos de animales. Tenemos borregos, ganado y cabras. Pero no tenemos cerdos. En las ciudades de Canaan y Filistea puedes encontrar hasta un 20% de huesos de cerdos”, agregó Garfinkel.
En una región donde la historia, creencias e ideologías pueden jugar un papel tan importante, el descubrimiento es polémico. Otros arqueólogos desacreditan la trascendencia del hallazgo.
Fuente: Cadenatres Noticias