Eran las seis y media de la mañana del día miércoles 4 de Diciembre de 2013, cuando mi esposa se despedía de mi para irse a su trabajo, yo aún acostado en mi cama tenía unos 40 minutos más para dormir, es en ese interín en donde tuve un sueño muy poderoso que tocó mi vida. En el sueño yo estaba sentado en un muro sobre la vereda de lo que parecía ser una discoteca, ya el sol se estaba ocultando y llegaba la noche, es ahí que veo que en frente justo en la esquina había una Iglesia, claramente veía las sillas del templo, la gente, y escuchaba muy fuerte las palabras del Predicador, inclusive el Predicador se movía por toda la Iglesia.
En ese momento decidí acercarme hasta la Iglesia para conocerla, y aquí vino mi sorpresa, cuando hago un paso para entrar por la puerta principal, nada de lo que yo había visto desde la vereda del frente era lo mismo, es más parecía que me había equivocado de lugar, me encontré con 2 filas de camas cuchetas de cada lado de las paredes enfrentadas, ví aproximadamente 6 camas cuchetas, pero el lugar parecía más grande hacia el fondo, yo solo quedé cerca de la puerta de entrada, en cada camita había allí recostado un niñito de entre 6 y 12 años, y cada niño tenía una discapacidad física que podía verse a simple vista, algunos tenías sus manos torcidas, otros con problemas en sus piernitas, y así cada uno evidenciaba una anomalía física. Entonces en el pasillo de aquel lugar apareció un hombre de avanzada edad, parecía de unos 70 años, el cual tenía la tarea de atender a los niñitos, les daba de beber y de comer, y cuidaba de todo lo que ellos necesitaban.
Fue una experiencia muy hermosa, ese día corrían lágrimas por mis ojos aún en el camino hacia mi trabajo, una vez más Jesucristo me mostraba su amor tan grande, y su misericordia para siempre.
Dios te ama, me ama, Dios nos ama a todos, gracias por leer estas líneas y compártelo con otros para que sea de bendición para muchos.
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Víctor Ramos para Actualidad Cristiana